El 15 de junio de 2025, las fuerzas de defensa de Israel llevaron a cabo un ataque aéreo en Teherán, específicamente en la sede central del canal estatal iraní.

Este evento se produjo en un contexto de creciente tensión entre Israel e Irán, países que han estado en desacuerdo durante años sobre diversos temas, incluidos el programa nuclear de Irán y su influencia en el Medio Oriente.

Antes del ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieron una advertencia de evacuación para la zona, lo que sugiere que la acción fue anticipada y planeada.

En las horas posteriores al ataque, se registraron explosiones significativas, acompañadas de una densa nube de humo que se elevaba sobre la capital iraní, generando preocupación entre los residentes locales.

Las imágenes capturadas durante el evento muestran el impacto de la explosión y la reacción de los ciudadanos.

Este ataque se alinea con la política de Israel de llevar a cabo operaciones preventivas contra lo que considera amenazas a su seguridad nacional.

Las relaciones entre Irán e Israel han sido históricamente hostiles, y este ataque representa un nuevo capítulo en el conflicto, que ha incluido ataques cibernéticos, operaciones encubiertas y guerras indirectas a través de intermediarios en la región. Varios analistas han señalado que el aumento de las hostilidades podría tener repercusiones significativas para la estabilidad en el Medio Oriente, además de generar una respuesta por parte de Irán, que ha prometido defenderse ante agresiones externas.

No se han reportado aún cifras oficiales sobre víctimas o daños materiales significativos derivados de este ataque al momento de la redacción de esta información. La comunidad internacional está observando de cerca la evolución de la situación, dado el potencial de escalada en el conflicto y sus implicaciones en la seguridad regional e internacional.