El Ajolote: Revelaciones sobre su Poder Regenerativo
Investigaciones recientes desvelan los mecanismos moleculares detrás de la extraordinaria capacidad del ajolote para regenerar extremidades.
El ajolote, conocido científicamente como Ambystoma mexicanum, posee la notable habilidad de regenerar tejidos, incluidos huesos, músculos y nervios, lo que le ha atraído la atención tanto del mundo científico como del público en general.
Este anfibio, que puede alcanzar hasta 30 centímetros de longitud, se ha convertido en un símbolo de renacimiento, especialmente en la cultura mexicana, donde también tiene raíces mitológicas que lo colocan casi en estatuto divino durante el periodo prehispánico.
James Monaghan, biólogo y director del Instituto de Imágenes Químicas de Sistemas Vivos en la Universidad Northeastern de los Estados Unidos, ha dedicado más de dos décadas a investigar las capacidades regenerativas del ajolote.
Monaghan ha desarrollado ajolotes que brillan en la oscuridad a través de la manipulación de ácido retinoico, un derivado de la vitamina A, que actúa en la piel como un GPS biológico.
Recientemente, su equipo ha publicado un estudio en la revista Nature Communications, que proporciona nuevas respuestas sobre cómo estos animales restauran sus extremidades perdidas.
Una de las cuestiones más intrigantes en la investigación del ajolote es cómo este sabe qué parte del cuerpo debe regenerar.
Monaghan explica que esta pregunta ha desafiado a los científicos durante más de 250 años.
El nuevo estudio detalla que los ajolotes poseen un freno molecular, específicamente una enzima denominada CYP26B1, que regula la descomposición de un producto derivado de la vitamina A. Esta molécula es crucial para la señalización en la regeneración, indicando qué estructuras deben ser reemplazadas durante el proceso.
Al desactivar esta enzima, los investigadores observaron un fenómeno denominado 'superregeneración', que implica una forma mejorada del proceso regenerativo normal.
Además, se identificó un gen llamado Shox, que al alterarse provoca un desarrollo anómalo de las extremidades, evidenciando que la regeneración no solo está regida por los genes, sino también por rutas metabólicas complejas.
Los científicos están explorando cómo la manipulación de estas vías puede influir en el destino celular tras una lesión. Monaghan indica que si se logran identificar y manipular las señales que inducen un estado regenerativo en las células, este conocimiento podría aplicarse potencialmente a la curación de lesiones en los seres humanos.
Sin embargo, también existe la preocupación de que en humanos, la reactivación de esos procesos a menudo puede dar lugar al cáncer, un riesgo que no se presenta de la misma manera en los ajolotes, que pueden 'retroceder en el tiempo celular' después de una lesión en lugar de formar cicatrices.
El genetista Alfredo Cruz de la Unidad de Genómica Avanzada del Cinvestav en México, quien participó en la decodificación del genoma del ajolote, ha expresado ciertas reservas sobre la posibilidad de trasladar los hallazgos de estos animales a la regeneración en humanos.
Cruz destaca que las diferencias en el entorno celular y fisiológico entre humanos y ajolotes son significativas y que numerosos factores influyen en el proceso de regeneración.
El estudio de Monaghan podría ser considerado un avance notable en la comunidad científica dedicada al estudio de la regeneración. Con la secuencia precisa del genoma del ajolote disponible, experimentos que analizan la expresión del ADN en los tejidos se vuelven factibles, contribuyendo así a comprender mejor este complejo proceso.
No obstante, sigue siendo fundamental investigar el papel específico del ácido retinoico y sus interacciones con otros genes en el proceso regenerativo.
El ajolote se ha convertido en una especie amenazada, principalmente debido a la pérdida de su hábitat en el entorno lacustre del Valle de México, donde los ecosistemas han sido prácticamente destruidos por la urbanización y la contaminación. Los esfuerzos comunitarios y científicos están dirigidos hacia su conservación, y se están llevando a cabo iniciativas de reintroducción de ajolotes en áreas semiprotegidas.
En colaboración con la fundación SiMiPlaneta, el laboratorio de Cruz planea liberar mil ajolotes en los próximos años como parte de estos esfuerzos.
Con el hábitat natural del ajolote amenazado, la investigación sobre su biología y regeneración cobra una nueva dimensión, enfatizando la importancia de no solo estudiar a estos animales en entornos controlados, sino también en su hábitat natural, abogando por su preservación y cuidado.
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