La Inflación en Argentina: Tendencias y Desafíos Actuales
La inflación de mayo alcanza el 1,5%, marcando una desaceleración interanual al 43,8%, mientras el Gobierno implementa políticas monetarias restrictivas y enfrenta problemas en el sector corporativo.
La inflación en Argentina durante mayo se situó en un 1,5% mensual, registrando una caída por debajo del 2% por primera vez desde febrero de 2018, excluyendo el período de la pandemia.
En términos interanuales, la inflación se desaceleró al 43,8%, por debajo del 47,3% del mes anterior, un nivel que no se alcanzaba desde agosto de 2018 si se excluye el impacto de la pandemia.
La inflación núcleo, que omite precios estacionales y regulados, disminuyó a un 2,2%, la tasa más baja desde abril de 2018, comparada con un promedio de 2,93% en los cuatro primeros meses de este año. Se anticipa que la inflación de junio podría ser más alta, con proyecciones cercanas al 2% mensual, aunque no se espera un rebote significativo.
Este descenso en la inflación se apoya en varios pilares.
En primer lugar, se establece una política monetaria restrictiva, con el Banco Central de la República Argentina (BCRA) astutamente gestionando los agregados monetarios.
Las tasas de depósitos mayoristas (TAMAR) han aumentado, pasando del 9,3% en febrero al 14,4% en mayo, ajustadas por inflación esperada.
El Gobierno, en el contexto de un período electoral, ha moderado el incremento de los precios de los servicios regulados, que crecieron un 1,54% en promedio durante abril y mayo, en contraste con el aumento del 2,47% registrado en los dos primeros meses del año. También se han reducido aranceles de importación para productos electrónicos, lo cual ha contribuido a esta tendencia de desaceleración inflacionaria.
La estabilidad del tipo de cambio ha sido otro factor clave.
El valor del peso se mantuvo estable el jueves pasado en comparación con el día del levantamiento del cepo cambiario el 14 de abril, mientras que la brecha cambiaria ha casi desaparecido.
La reducción temporal de retenciones, que expira a fin de este mes, ha incentivado las ventas agrícolas, con exportaciones de cereales y oleaginosas que se acercan a los 2000 millones de dólares en las primeras dos semanas de junio, con esperanzas de establecer un récord histórico para este mes.
En comparación con el año pasado, se espera un incremento del 43% en el total de exportaciones de este tipo durante el primer semestre.
Con el fin de acumular reservas y evitando la compra en el mercado, el Gobierno ha optado por emitir deuda en pesos a tasas elevadas, suscribiéndose con dólares.
Después de la colocación de 1000 millones de dólares el 28 de mayo, se ha anunciado una licitación de hasta 1000 millones mensuales de bonos a plazos mayores a un año. La emisión, inicialmente dirigida solo a extranjeros, ahora también incluirá a residentes locales.
Tras un acuerdo con el FMI, se impuso una estadía mínima de seis meses para ingresos de capitales no residentes, restringiendo capitales especulativos, aunque esta restricción ha sido levantada recientemente.
El sector corporativo enfrenta un panorama complejo, con el consorcio liderado por YPF a punto de firmar un préstamo sindicado a cinco años de 1700 millones de dólares, mientras que en mayo hubo emisiones de deuda por más de 2000 millones de dólares.
Sin embargo, muchas empresas atraviesan dificultades financieras debido a la combinación de cambios estructurales en la economía y las nuevas políticas fiscales.
Un aumento en el número de concursos preventivos y cheques rechazados refleja esta tensión. Desde mediados de 2024, el porcentaje de cheques rechazados ha escalado del 0,5% al 1,3% en abril, marcando un nivel cercano al más alto en la historia reciente, excluyendo la pandemia.
Los créditos impagos también han comenzado a mostrar un incremento, señalando problemas financieros más amplios.
La combinación de alta inflación y sobreprotección ha permitido que ciertas ineficiencias de la economía se oculten, generando un sobreendeudamiento dentro de muchas empresas.
Con el régimen cambiario aún en un estado frágil y el acceso al financiamiento limitado, se prevé que las condiciones para el sector corporativo se mantendrán desafiantes en el futuro cercano.
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